El catering se ha convertido en un contenido clave de los eventos. Aunque siempre se habían ofrecido aperitivos o comidas en determinados actos sociales, como las celebraciones familiares, de un tiempo a esta parte su inclusión en sus programas ha ido a más.
Este crecimiento está vinculado a su consideración como positivos para el desarrollo y los objetivos que se persiguen en estos acontecimientos. A continuación repasamos la relevancia de programar estas comidas y aportamos algunos ejemplos para que estas constituyan éxitos.
¿Por qué vale la pena alquilar un salón en Madrid para dar de comer a los invitados?
Alquilar un salón en Madrid es una de las opciones a tener en cuenta a la hora de planificar cómo ofrecer a los invitados a algún evento una comida con la que hacer más fluido este encuentro.
Sin duda, encarar cualquier reunión social, sean cuales sean sus objetivos (conseguir clientes o acuerdos comerciales, juntar en buena sintonía a amigos o familiares, etc.), con el estómago lleno siempre ha resultado provechoso. No en vano forma parte de nuestra cultura.
Si en un acto cuya duración supere, por ejemplo, las seis horas no se incluye una comida, esta se va a echar a faltar. De hecho, no programarla generaría algunos trastornos en los participantes que pondrían en peligro las metas de la reunión. La necesidad de saciarse cada cierto tiempo es innegociable y el personal asistente la va a dar por hecha en la programación de ciertas convocatorias.
Por lo tanto, en supuestos como el del ejemplo citado no se puede desestimar. No obstante, el éxito de estas comidas pasa por un despliegue cuidadoso.
Las claves de una buena comida colectiva
Por otra parte, la organización de estas comidas, como no son meros trámites, no se puede dejar a la improvisación. Tienen que ser gestionadas por profesionales especializados en la labor de dejar satisfechos a numerosos comensales.
En primer lugar, se requiere un equipo de cocineros y camareros que trabaje con una gran coordinación. Aparte de los conocimientos oportunos en materia de gastronomía y protocolo, es precisa una experiencia solvente en este tipo de trabajos.
No cabe duda de que la elección de las materias primas que después se servirán en la mesa es básica para que el producto final convenza a los presentes. Hemos de recordar que parte del éxito del acto depende de las sensaciones que deje. En este sentido, cabe dar una importancia capital a la presentación, que cada vez se hace de una manera más innovadora. Ya se sabe que la comida, en muchas ocasiones, entra por los ojos.
Por otro lado, no debemos renunciar a la posibilidad de personalizar, en la medida de lo posible, estas comidas. Desde la elección del escenario hasta los colores corporativos o las indumentarias de los camareros, pasando por los regalos customizados. Añadir la marca propia o las señas de identidad dejará una huella indeleble en quienes participaron en el acontecimiento.
En definitiva, un catering es la base sobre la que se puede asentar el éxito de un evento social. ¡Concédele la importancia que tiene y aprovéchalo!